En el año 2004 la campaña electoral se vio empañada por un «audio anónimo» donde se escuchaba a un supuesto Leonel Fernandez casi vendiendo el país.
El equipo del entonces candidato salió a enfrentar el fake, sin embargo, ahora, en el 2024, se han visto hasta figuras prominentes de la «otan» verde e incluso, al mismo Leonel, montarse sobre diferentes «matrices de opinión» creadas sobre falsos, lo cual habla muy mal y del deterioro moral de campaña de ese equipo político que han asumido como «normales» las peores practicas en la campaña.
Contra Leonel una vez trajeron a Quirino y en esta campaña, anuncios infinitos ofendiéndolo, difamándolo y descalificandolo, anónimos, que lo «acusan» de ladrón y corrupto, sin que la justicia dominicana le sometiera nunca.
Desde una cuenta en twitter se han lanzado campañas manipulando la voz de Luis Abinader sin consecuencias, tomándolo como «normal» lo que en otro momento debía proceder a la apertura de sometimientos, como si la moral todos, incluyendo el equipo del presidente, lo pusieran en una pausa de un período en que TODO VALE.
En realidad, una clase política decadente permite no solo no legislar, sino que todos permanezcan pasivos frente a mensajes de un lado y otro manipuladores, difamadores, creando un clima de inestabilidad, odio, retaliaciones, ofensas, que nada bueno le puede aportar a la República Dominicana.
Ser parte del juego, otorgar patente e impunidad a los difamadores, parecería que es además, una posición para cuando «mañana» lo haga yo, lo permitan, como si gritarse mutuamente ladrones «estuviera bien».
A toda esta irresponsabilidad DEL NO SOMETIMIENTO, un lado y otro le llaman democracia, precisamente, a la degradación moral que representa el permitir, con entera impunidad, manipulaciones, difamaciones, ofensas, que van en detrimento no solo de las personas ofendidas y difamadas, sino de la propia sociedad decadente gracias, precisamente, al mirar a otro lado que se aplica desde los partidos del sistema que cada día, en lo malo, se parecen mas.